Exposición fotográfica de Justy García Koch

He nacido en San Sebastián.

Es la ciudad en la que me crié, crecí y estudié. Sigue siendo la ciudad que me alimenta - ahora de otra forma- pero es la fuente de la que sigo bebiendo.

En el periodo comprendido entre el final de los años 80 hasta hoy he trabajado fundamentalmente en el ámbito de la fotografía de prensa. Fuí durante muchos años primero colaborador y luego asalariado del periódico El Mundo. Durante ese tiempo me tocó vivir de forma directa el llamado "Conflicto Vasco", una mini guerra sin importancia para los actores internacionales, pero que aquí adquirió la misma dimensión trágica de la que participan todas las guerras.

Pude eludirla durante mucho tiempo, como la gran mayoría de los vascos. Bastaba con mirar a otro lado..Al fin y al cabo se trataba de un conflicto que estallaba de vez en cuando como las burbujas. Sin mucho ruido, de forma aislada...casi discreta. Cambiabas de calle o de acera, cambiabas de canal o de conversación. Y si era necesario cambiabas de amigos. Simplemente, cambiabas.

Luego, fué diferente. Mi trabajo consistió precisamente en lo contrario. Saltar dentro de esas burbujas un día tras otro. Correr hacia esa calle en la que el horror venía de instalarse.Así de una miseria a otra durante unos 25 años.

Todo cambió.

Yo creía que no era actor en esa comedia. Pensaba que no participaba, que sólo hacía mi trabajo de recoger aquellos testimonios como intermediario entre la tragedia y el público. Un observador ajeno.

Así me quedaba fuera, con esa idea. Así me protegía y protegía a los míos... Y así pase aquel tiempo hasta su final.
Luego pasó algo.

Llegó el día en el que ETA anunció oficialmente el abandono de la lucha armada. Yo, por supuesto, esperaba ese anuncio desde hacía tiempo. No me pilló de sorpresa. Lo oí en la radio del coche mientras iba o volvía del trabajo...no lo recuerdo con claridad. Fué así, sin más. Como quien oye llover.
Un ratito después sentí algo extraño y recuerdo que me miré en el espejo del coche. Unas lágrimas corrían por mi cara. Casi de inmediato tuve la certeza de que en algún lugar y en algún momento perdí algo que era mío sin apenas darme cuenta.

Quisiera también añadir un comentario a la última foto. La misma no se explica por sí sola si no sabemos quienes son los personajes que se encuentran en ella.

Se trata del lugar en el que se homenajea a una de tantas víctimas de ETA. Allí le gustaba ir a pasear cuando tenía tiempo libre. Dicho homenaje es de carácter íntimo y no se convoca a los medios de comunicación. Las razones de mi presencia allí carecen de importancia.
En la misma podemos ver a Maixabel Lasa, viuda de Juan Mari Jaúregui, a Mari Paz Artolazabal, viuda de Jose Luis López de Lacalle y a familiares. Junto a ellas por vez primera, un ex miembro de ETA al que se invitó a participar en el homenaje. Fin.

29/07/2014 Maixabel Lasa y Mari Paz Artolazabal (viuda de López de la Calle) junto a Ibon Etxezarreta, miembro de ETA que participó en el asesinato del marido de Maixabel - Juan Mari Jaúregui - ex gobernador Civil de Guipúzcua asesinado por ETA.

Si la foto es lo suficientemente buena, no hace falta que diga quién es Ibon. Al menos eso espero. Me dijeron que durante el acto estuvo incómodo y avergonzado y que fue la proximidad y el cariño de las víctimas lo que le permitió soportar el trance.

Ibon condujo el coche en el que huyó el comando. Cumplía en ese momento una condena de 43 años de cárcel. Solicitó participar en el homenaje que la familia y amigos vienen realizando a Juan Mari desde la cárcel. Su viuda accedió.

Fue el primer condenado de ETA que honraba a una de sus víctimas. Ignoro si han habido más. Pidió a instituciones penitenciarias dos días de permiso para acudir al homenaje y le fueron concedidos. Se presentó con 14 claveles, 13 rojos y uno blanco.

Tras el homenaje volvió a la cárcel de Zaballa a cumplimentar su condena.

Esta foto es una exclusiva…Creo que es mi último Scoop. En mi carrera tengo un par de ellas más, es algo que los fotógrafos perseguíamos toda nuestra vida…esa exclusiva que nos distingue, nos separa del resto…

Algunos colegas me dijeron de mandarla al World Press Photo, más que nada por su trascendencia histórica y por haber tenido la suerte de ser el único profesional presente en el acto. No lo hice. No puedo negociar ni con el dolor ni con el arrepentimiento.

Cedo este testimonio para la reflexión íntima de aquellos y aquellas que participaron y sufrieron esta parte lamentable de nuestra historia.