20 años después, una conversación con Savater y Vargas Llosa.

Con motivo del 20 aniversario del Premio de Sájarov a Basta ya, la eurodiputada Maite Pagaza convoca a Savater y Vargas Llosa para hacer memoria sobre este movimiento en el que participaron y reflexionar sobre el momento político actual y las amenazas al régimen constitucional.

Maite Pagaza

Buenas tardes. El Parlamento Europeo otorga cada año su premio más importante a las personas o niciativas que se destacan en la lucha por la libertad de conciencia. Hace 20 años, concedieron este premio en el Parlamento Europeo a la iniciativa ciudadana ¡Basta ya! 

Era la primera vez que el Parlamento Europeo otorgaba un premio de esta naturaleza a una iniciativa social que existía en el corazón de la Europa democrática. La iniciativa ciudadana Basta ya! surgió en el País Vasco, porque en el País Vasco había un ambiente de opresión, un clima de terror, donde se perseguía a cada concejal de pueblo, señora de la limpieza o señor que se dedicaba a la jardinería, para asesinarlos y atemorizar a todos los que no siguieran las consignas del nacionalismo obligatorio. 


Había un partido político que fue ilegalizado finalmente, que trabajaba en conjunto con los terroristas de ETA. Lo cierto es que la red de chivatos y de miedo, el control de las calles; el control de las palabras que se podían o no se podían decir en el País Vasco, era casi absoluto. Faltaba libertad. Faltaba oxígeno. Y en medio de aquello surgió primero la voz de algunos universitarios que se atrevieron a empezar a escribir en los periódicos, de algunos periodistas que se atrevieron a decir también las cosas por su nombre y en el peor momento, cuando los partidos constitucionalistas estaban más débiles por esa persecución feroz de cada uno de sus miembros, de cada uno de sus concejales, surgió un grupo de ciudadanos valiente, rebelde, con un sentido del humor bastante negro pero muy potente, que les servía de bandera y de escudo. Fueron encabezados por Fernando Savater. 

Él asumió un papel muy complicado, de una forma absolutamente entregada, y utilizó toda su capacidad intelectual, toda su potencia personal, toda su capacidad de resistencia y de generosidad -él junto a Sara Torres- . También llamó a sus amigos, a sus queridos amigos, para que le ayudasen en esta pelea, para que no terminarse  de ser ahogada la libertad en el País Vasco, en la Comunidad Foral de Navarra y por ende en toda España.


Hoy tenemos con nosotros a Fernando Savater, tenemos con nosotros a Mario Vargas Llosa, su gran amigo, que siempre nos apoyó en cada uno de esos momentos difíciles. Alguien que siempre dijo "sí, yo voy a San Sebastián y a donde haga falta". 


Hoy vamos a hacer memoria para que quienes tienen menos años puedan conocer no sólo qué fue la iniciativa ¡Basta ya! No solo que tuvo ese premio tan importante, sino que aunque la libertad tiene coste, que la tiene, —y vosotros dos sois de las personas más valientes que hemos conocido—  merece la pena. 

La libertad vale la pena porque se vive de una manera muy distinta cuando no se es súbdito de las ideas preconcebidas mayoritarias, de los aprendices de totalitarios, de los corruptos, de los viejos políticos… Así que, bienvenidos, Fernando y Mario. Es un honor, es un privilegio, es algo que agradecemos de todo corazón quienes creemos en la libertad y quienes nos hemos sentido inspirados por vosotros dos.


Mi primera pregunta para que podáis hablar en este rato es sobre los tabúes. Precisamente sobre los tabúes que se rompieron con esta iniciativa ciudadana. Fernando,¡Basta ya!, generó entusiasmo, pero también generó hostilidad. ¿Hay alguna cosa que quisieras expresar o preguntar o comentar con Mario en este momento, 20 años después?


Fernando Savater

Bueno, hay muchas cosas, evidentemente fue un algo progresivo. En principio, empezamos en un tono más bajo, más cuidadoso y poco a poco fuimos adquiriendo más valor y decidimos  expresar las cosas de una manera más clara y más contundente. Había un manto en el País Vasco en el que había que respetar a los gudaris violentos que amenazaban a la población, había que decir que ellos eran los que estaban tratando de liberarnos cuando en el fondo ellos eran los que estaban sojuzgando a la población y, en fin, había que aceptar como si fuera un rasgo más de nuestro folclore, la violencia y la manía en etnicista y separatista.


Y frente a eso, poco a poco empezamos a reaccionar hasta que realmente decidimos que lo mejor era sacar a la gente a la calle. Esto era un desafío extraordinario porque tradicionalmente la gente no salía a la calle más que para protestar contra el Estado, contra el Gobierno, para defender los temas nacionalistas, o cuando empezó a haber asesinatos de vez en cuando, sí hubo alguna manifestación protestando por el crimen más que por la ideología que ya había justificado el crimen por el crimen mismo. En ¡Basta ya! decidimos salir a la calle en una lucha política, no solamente moral, no solamente diciendo que, en  fin, que matar al prójimo o matar a los conciudadanos es algo verdaderamente bárbaro y una tropelía injustificable. Sino que dijimos también que nosotros protestamos desde el punto de vista político, porque eso no solamente vulneraba los mandamientos de la ley de Dios o las normas éticas, vulneraba las posibilidades de una libertad democrática en el País Vasco. Mientras duró ETA y mientras duró el terrorismo, no hubo una verdadera libertad democrática. Las votaciones, las elecciones, etcétera, todo estaba dominado y matizado por el terrorismo. El terrorismo asesinaba a alguien en cuanto se acercaban las elecciones,  la misma mañana de las votaciones asesinaba a alguien como para decir "nosotros somos los que estamos aquí vigilando cuando vayáis a votar, cuidado, recordad quién es el que manda aquí". Entonces, frente a todo eso, es frente a lo que respondió ¡Basta ya!. En vez de decir no a la violencia, venga de donde venga, no al fin al crimen, no. Nosotros salimos diciendo “no a ETA y sí a la Constitución” y “sí al Estatuto de Autonomía”. Es decir, nosotros no solamente salíamos defendiendo cuestiones éticas, sino cuestiones políticas.

 La política es lo que da la libertad en el campo de la democracia. Y así fue cuando apareció y cuando nos lanzamos a esa batalla que en el País Vasco tenía apoyos. Pero claro, con los miedos de que la gente sabía que no era simplemente tomar una postura política como en otras ocasiones. Se estaba jugando la vida tomando determinadas posturas, sobre todo si era una persona pública conocida, etcétera. Y ahí hubo casos, pues, por ejemplo, el gran escultor Eduardo Chillida y su mujer, que fueron los que de alguna manera enseguida se les vio en las concentraciones que había en la Plaza Guipúzcoa, De las de Gesto por la Paz, la de algunos de los movimientos que habían ido saliendo frente a la violencia, pues se incorporó a ellos y entre nosotros hubo sobre todo algunos periodistas en ¡Basta ya! Que fueron muy importantes para hacer llegar nuestras voces. 

Yo ahora me acuerdo especialmente porque ha muerto víctima de esta epidemia que  nos asola, de José María Calleja, que trabajaba en aquel momento en la prensa vasca y en la televisión, y que fue un soporte extraordinario y un apoyo extraordinario para nuestras reivindicaciones. José Luis López de la Calle, que fue asesinado por ETA, fue otro de los periodistas que también se distinguieron defendiendo los planteamientos que hacíamos nosotros. 


¡Basta ya! era un movimiento que no tenían una burocracia, ni tenía un organigrama, ni teníamos tesoreros, ni teníamos cargos de ningún tipo, sino que era un movimiento que surgía cuando estábamos todos en la calle. Al salir a la calle con nuestras pancartas, con nuestras reivindicaciones, entonces éramos ¡Basta ya! y en el momento después, cuando se acababa la manifestación, cuando nos volvíamos a nuestra casa, pues se acababa hasta la próxima vez. O sea, éramos un grupo de acción, un grupo de acción cívica, no un partido, ni  sobre todo, ni una agencia de colocaciones como las que estamos viendo alrededor. 


Y contamos también con apoyos desde fuera, porque nosotros, después de todo, éramos vascos, estábamos dentro del País Vasco. Estábamos defendiendo nuestra propia libertad. Pero hubo gente que con una generosidad extraordinaria, aunque vivían fuera del País Vasco, aunque no tenían una relación directa con él, nos apoyaron desde el primer momento, como es el caso de Mario Vargas Llosa, que siendo una persona de una reputación extraordinaria y de una importancia cultural y cívica enorme, desde el primer momento nos apoyó con toda generosidad, sin pedir nada, haciendo lo que necesitábamos en cada momento y eso que naturalmente él no estaba implicado en la vida del País Vasco como nosotros. Ese fue el funcionamiento de Basta ya!, con todo en contra, sin ningún apoyo institucional, sin ningún apoyo de medios de comunicación, porque naturalmente en los medios de comunicación del País Vasco más bien estaban en contra que a favor de nuestra iniciativa. Todo, sin ninguna financiación, porque el poco dinero que teníamos lo reuníamos nosotros mismos, los voluntarios, poniéndolo de nuestro bolsillo para los pequeños gastos que tendrían las manifestaciones. Si a pesar de todo eso funcionamos y funcionamos durante años y funcionamos en unas circunstancias difíciles y funcionamos cuando estuvieron matando a gente de nuestro grupo como a Joseba Pagazaurtundua, el hermano de Maite que era una de las personas que más colaboraba en los pequeños detalles técnicos y de promoción de nuestro grupo y que fue asesinado también. Por eso mismo, por esa misma actividad. Yo creo que tuvo algo un poco de milagroso. ¡Basta ya! fue una especie de milagro que en un ambiente tan hostil, en unas circunstancias tan difíciles, lográramos formar el grupo, lográramos  mantenernos, lográsemos hacer algunas de las manifestaciones más grandes que se hicieron en el País Vasco y de alguna manera, incluso llegáramos a tener una voz en Europa como prueba el premio que nos concedieron en Estrasburgo.


Maite Pagaza

Pues Mario, 20 años después de ese premio Sajarov, es un momento de darte las gracias, de hacerte el homenaje debido y necesario, porque a ti, ante las dificultades no te arrugó nada. Fue hace falta mi voz por la libertad de los españoles, de los vascos, de los navarros. Y siempre dijiste que sí.  Siempre creíste que la libertad nos hermana y que cuando nos falta la libertad nos falta algo. ¿Qué quieres decir 20 años después?


Mario Vargas Llosa

Yo creo que lo ha explicado muy bien Fernando. Había una idea, sobre todo fuera de España, muy equivocada respecto a lo que ocurría en el País Vasco. Había los asesinatos,  se sabía que había una presión tremenda. Pero digamos, no había una reacción de la sociedad civil hasta que aparece Basta ya que es un movimiento apolítico, en cierta forma más principista, que reúne a militantes de los partidos constitucionalistas, pero también a una gran cantidad de independientes, gente que no le interesaba hacer política pero que no querían, digamos, aceptar la violencia que había impuesto ETA. La impresión que había era que realmente el nacionalismo tenía el control enteramente de la sociedad vasca y  ¡Basta ya! demostró que no era así. Demostró que había una gran cantidad de vascos que estaban por la democracia, que estaban por la libertad, pero que no aceptaban de ninguna manera la imposición de un nacionalismo étnico que mediante la violencia quería, digamos, tener la personalía del País Vasco ante  el mundo. Y yo creo que digamos intelectuales, profesores como Fernando Savater y como muchísimos otros, pues jugaron un papel fundamental en ese movimiento. Creo que mucho del apoyo que recibió ¡Basta ya! fue por el entusiasmo que despertó al ver que dentro del País Vasco había una reacción profundamente democrática, libertaria, en favor de la legalidad y absolutamente en contra de los asesinatos y de la de la presión, digamos, de este nacionalismo étnico que había tomado un carácter verdaderamente devastador y criminal.


Maite Pagaza

Sí, lo cierto es que desde el primer momento de la iniciativa ciudadana ¡Basta ya! los nacionalistas que mataban pusieron a los líderes de ¡Basta ya! en el objetivo. En muy poco tiempo todos tuvimos que estar escoltados pero el nacionalismo, que no mataba tampoco quería para nada ¡Basta ya! Y de hecho, cada vez que Mario Vargas Llosa aceptaba participar en algún manifiesto, o venir al País Vasco se enfadaban extraordinariamente, porque el nacionalismo que no mataba no quería que se revolviera el patio. ¿Por qué ese nacionalismo hegemónico era el oxígeno en el que se quería que viviéramos todos fue algo muy, muy complicado de pelear? ¿Verdad, Fernando?


Fernando Savater

Pues por supuesto. Hasta tal punto que cuando nos dieron el premio y fuimos (a Estraburgo) un pequeño grupo de la gente de ¡Basta ya!, amparados por la presidenta del Parlamento Europeo, Nicole Fontaine y por algunos de los miembros del Parlamento que nos apoyaban con mucho interés. en el acto de la presentación, los nacionalistas vascos convencieron a otros nacionalistas para irse. 


De hecho, los nacionalistas vascos ni siquiera entraron en el acto del Parlamento y convencieron a los Verdes y a otros grupos nacionalistas para que no estuvieran cuando nos presentáramos a recoger el premio,. O sea, curiosamente, un grupo de personas que luchaban contra la violencia y por las libertades en el País Vasco resulta que fue apoyado por la mayoría del Parlamento Europeo, salvo por los parlamentarios nacionalistas vascos y los amigos de los parlamentarios nacionalistas vascos que se encargaron de que no estuvieran presentes en el momento de recoger el premio. Eso es significativo. Naturalmente, en los espacios de la televisión vasca, en los espacios de la prensa, etcétera,, las menciones que se hacían de nosotros eran las menores posibles y de vez en cuando se insinuaba todo tipo de insidias para disminuir la importancia del movimiento. No tuvimos ningún tipo de simpatía entre aquellas personas que estaban gobernando en aquel momento en el País Vasco. Porque, claro, nosotros padecíamos la violencia. A nosotros nos mataban, pero nunca mataban a un nacionalista vasco. No mataban a ninguno. No mataban a gente del PNV. Algún empresario próximo al PNV fue asesinado por empresario, no por ser del PNV. Entonces, la  gente del PNV tenía un seguro de vida y por lo tanto no se enfrentaron y no protestaron. Los que estábamos siendo asesinados eran las personas de los partidos constitucionalistas, el Partido Popular, el Partido Socialista, en su momento de UCD que fue exterminada prácticamente físicamente y luego especialmente, como decía Mario, personas que no estaban en ningún partido ni pertenecían a ningún partido, pero que eran personas que querían vivir libres como ciudadanos. Porque de lo que se trataba era de defender la ciudadanía frente a las tribus. El País Vasco no queríamos que fuese una tribu, una tribu nacionalista con sus rituales, con sus leyendas históricas, etcétera, sino queríamos que fuera un grupo de ciudadanos formando parte de un Estado democrático de ciudadanos que se llama España. Y eso es lo que defendimos. Y eso, evidentemente, no contó precisamente con las simpatías del nacionalismo vasco, aunque fuera pacífico. Llegamos a tener esa metáfora tan expresiva que se atribuye a Arzalluz diciendo que "unos movían el árbol y otros recogían las nueces". Los que movían el árbol eran los que mataban gente y los que recogían las nueces fueron los que siempre han gobernado en el País Vasco desde la democracia, sacando réditos políticos y económicos abundantes de la situación, que es el PNV.


Maite Pagaza

Y veinte años más tarde lo que hemos visto es que han retornado con fuerza  las comunidades populistas nacionalistas, los partidos identitarios más de extrema derecha, pero también los que nosotros tenemos, que se llaman de izquierdas o bolivarianos, etcétera. Es ese retorno de la tribu, es ese es el retorno de la identidad como lo peor de la política y es un momento de volver a reivindicar esa Europa de los ciudadanos, de los individuos con derechos y obligaciones. 


Mario Vargas Llosa

Yo estoy completamente de acuerdo contigo. Creo que la existencia de esos movimientos nacionalistas es una amenaza para la Europa democrática que queremos construir. La Unión Europea es una creación profundamente democrática. Y sin embargo, en su seno, hay muchos movimientos nacionalistas que conspiran contra esa democracia inspirada en la legalidad y en la y en la libertad. Yo creo que el nacionalismo, pues viene de muy lejos. Es el llamado de la tribu. La tribu es esa sociedad que en realidad nunca existió, pero en la que todos se conocían, todos hablaban la misma lengua, todos adoraban a los mismos dioses. Funcionaban dentro de una especie de automatismo que los hacía, digamos, sentir tranquilidad y confianza respecto a los otros. Eso nunca existió. La tribu primitiva también estaba llena de rivalidades, de hostilidades. Pero la independencia que buscan los nacionalistas trata de construir a esa sociedad perfecta, totalmente unida e idéntica que jamás realmente ha existido. Y la existencia de movimientos nacionalistas como los que existen hoy día creo que son minoritarios en todas partes, son una amenaza para lo que quiere construir Europa, que quiere construir una sociedad libre, una sociedad donde los individuos tengan absolutamente su personalidad y puedan manifestarse, digamos, en contradicción con los otros individuos dentro de una unidad. Digamos desde el punto de vista legal, desde el punto de vista moral. Pero la existencia de los movimientos nacionalistas sí es una gran conspiración contra Europa, una amenaza para la legalidad de Europa. Y por eso creo que los demócratas debemos combatirlo siempre de una manera muy resuelta.


Maite Pagaza

¡Basta ya! fue muy potente, muy provocador, rompió muchos tabúes porque se atrevió a decir cosas en voz alta, como "ETA no" o "Constitución y Estatuto. Por lo que nos une". Pero veinte años después, ¿fue algo más que un espejismo? Esa valentía que después parece que fue desapareciendo en la sociedad vasca. ¿Qué hace falta ahora en la sociedad española, cuando hay tantos elementos de populismo y de nacionalismos que se están juntando y que parece que ponen en la picota el régimen constitucional de 1978? Crees que hace falta algo ilustrado, algo valiente, intelectual, que qué vuelva a reivindicar esa manera de esa España también de ciudadanos y no de etnias.


Fernando Savater

Yo voy a decir algo que es triste, pero que me parece en este momento, claro. Es decir, hoy yo creo que no nos darían el premio Sajarov en la Unión Europea, porque la Unión Europea ha ido creciendo, el número de nacionalistas, el número de populistas, el número de personas que no creen en la ciudadanía, sino que creen en la adhesión ciega a masas más o menos amorfas, a lo que ellos llaman pueblos y contradicciones inventadas, etcétera,. Yo creo que hoy, en la cantidad de grupos de ese tipo que hay en el Parlamento Europeo, haría imposible probablemente el que nos diesen un premio como el que se nos dio hace 20 años. Pero es que hay algo más. Es que ese premio tampoco nos la darían en el Parlamento español. Hoy en el Parlamento español son mayoría los grupos que con más o menos vehemencia apoyan una xenofobia separatista, porque todos los nacionalismos, no lo olvidemos, son xenófobos y naturalmente, el separatismo, que es intento de romper un Estado de derecho por razones étnicas, es la expresión xenófoba por excelencia. 


Pues hoy, desgraciadamente, de una manera más explícita o de una manera más taimada pero en el Parlamento español también son predominantes esos grupos que se parecen en su xenofobia separatista a los grupos nacionalistas vascos y etarras que nosotros combatimos en su momento. Y naturalmente, tienen el peso de que hoy el Gobierno de España, llamado de manera sorprendente socialista, aunque no lo parezca en absoluto por sus miembros y por sus expresiones, y apoyado en un movimiento claramente populista, bolivariano, etcétera, cuenta con todos esos movimientos radicales, empezando por la propio Bildu, que es una cadena de transmisión de lo que fue Batasuna y de lo que el brazo político de ETA. Entonces eso está siendo aceptado, está convirtiéndose en un mecanismo necesario para la gobernabilidad del país. Y eso es verdaderamente la traición mayor que se puede hacer a la lucha por la libertad que supuso ¡Basta ya! en su momento. Y está apoyado por una izquierda intelectual a la cual lo único que le preocupa es impedir que la derecha llegue nunca al Gobierno en España. Es decir, la idea de que alguien es de derechas justifica, ya que uno se alíe con los etarras, con los separatistas catalanes, o lo que sea. Todo vale con tal de que no llegue al gobierno la derecha. No hay más que ver los medios de comunicación, las tertulias, etcétera, en que hay estos intelectuales, digámoslo así, de izquierdas que todo su discurso es el discurso de buscar responsabilidades en la derecha y de pasar callando sobre estas responsabilidades de la izquierda, contra las cuales algunos hemos luchado mucho tiempo con bastante riesgo.


Maite Pagaza

Ante ese tipo de movimiento de hostilidad, de intolerancia política que nos aleja del espacio, del consenso y de la concordia y que nos lleva a comunidades polarizadas con una comunicación prácticamente imposible en esa necesidad de edificar el espacio del liberalismo, del encuentro, de los consensos, de los compromisos que son difíciles en política entre los distintos, pero que son necesarios para que las sociedades prosperen, para que el pluralismo ideológico no desaparezca en medio del dogmatismo., vosotros dos que sois dos de las personas más valientes y libres que conocemos ,¿qué les diríais a la gente joven para animar á que se liberen de esa carga en la que les quieren poner dogmática de polos, de no entender a otros, de no buscar un espacio de pluralismo y de conocimiento?


Mario Vargas Llosa

Yo creo que uno de los grandes problemas que tiene la Unión Europea es que los jóvenes más brillantes, los más inquietos, los más audaces, suelen detestar la política. Ven la política como una cosa sucia, enredada, de gentes que tienen pocos principios y muchos intereses. 


Creo que hay que convencer a los jóvenes más brillantes que hagan política, que la política es un campo donde se puede cambiar profundamente la realidad, donde se puede hacer justicia, donde se puede avanzar en la prosperidad, en la libertad, sin ninguna duda. Creo que tenemos ese problema y que es un problema que está no solamente en Europa, sino en el resto del mundo también. La política ha pasado a ser una cosa sucia que repele a los más inteligentes, a los más cultos. Y entonces, quiénes van a hacer política pues no son siempre la gente más recomendable. 


Ahora, yo creo que soy menos pesimista que Fernando. Yo creo que len la Unión Europea hay una mayoría profundamente democrática, liberal, que rechaza toda forma de totalitarismo, que rechaza las imposiciones, la matonería. Creo que el caso de España es un caso muy especial. El caso de España, donde hay unos movimientos nacionalistas muy violentos, pero que están, creo yo, lejos de representar la mayoría del país. Y dentro de la Unión Europea España es más bien excéntrica porque tiene, digamos, en su seno, ese tipo de de movimientos a los que clarísimamente hay que enfrentarse. Hay que enfrentarse en nombre de la democracia, en nombre de la libertad. si hay un país que ha experimentado lo que es el totalitarismo, el autoritarismo, la rigidez, la violencia de Estado, pues es España. Yo creo que las raíces del nacionalismo —que conducen a la corta o a la larga, al autoritarismo y a la a la dictadura— tienen muy poca base de sustentación en un país como España, que ha vivido durante cuarenta años un régimen dictatorial y del que ha salido afortunadamente con una Constitución que admiró al mundo entero por la generosidad con que fue concebida,  una Constitución que debería seguir regulando la vida política y social y económica de España, en donde yo creo que hay unas raíces profundamente democráticas que pueden defendernos contra los movimientos nacionalistas.


Fernando Savater

 Bueno, a mi más bien pregúntame que les he dicho, porque yo he estado treinta y tantos años dando clases a jóvenes precisamente sobre temas de ética cívica, de ética política. He escrito sobre esas temas libros para que los jóvenes puedan entender esas cuestiones, libros sin complejidades técnicas que entretienen a la gente con minucias en vez de señalar las cosas importantes y sobre todo intentado lanzar a los jóvenes un mensaje que me parece obvio, pero que no se repite lo suficiente. Que es que quien no quiere hacer política en el sentido ciudadano de preocuparse por las cuestiones públicas y de apoyar a los grupos que le parecen más afines a lo que piensa, también está haciendo política y sobre todo está dejando a otros que la hagan por él. La política tiene que hacerse. La política en una sociedad, como la nuestra, es democrática, no se puede vivir sin política, no puede vivir sin una administración, sin una ideología compartida. Va a existir, que la gente o tú te retires, eso va a seguir existiendo. Y entonces, si tú no haces tu papel de ciudadano, si tú no haces lo que se exige o lo que te debería exigir a ti mismo para defender tu libertad y para defender tus proyectos y a las personas a las que quieres sentir, defender, si tú no haces eso, otro hará la política por ti y probablemente la hará contra ti. Los que renuncian a hacer política en primera persona ven que otros la hacen por ellos y normalmente contra ellos. Eso es lo que habría que decirle a los jóvenes. 


Efectivamente, a los jóvenes se les dice que se entretengan en otras cosas, que se diviertan con otras cosas, que lo pasen bien. Afortunadamente la juventud es la época de aprovechar la vida y a todo el mundo le gusta y le parece bien, pero muchos exageran y damos ese apoyo a lo lúdico, pero para no enfrentar la seriedad y la realidad de las cosas porque los jóvenes tienen que dedicarse a pasarlo bien, pero tienen que dedicarse también a crear un país en el que puedan pasarlo bien todos. Y eso es lo que se exige. Porque la política no es una tarea de personas mayores. Hay algunos que ya estamos más que amortizados políticamente. Ya no podemos proyectarnos hacia el futuro. Son los jóvenes los que tienen que tomar esa convicción de que el futuro es una tierra en la que ellos van a tener que vivir. Y si está organizada y dirigida por los adversarios de la libertad, ellos son los que van a tener que padecer esas circunstancias.


Maite Pagaza

Muchísimas gracias. Yo lo que os tengo que decir a los dos es, una vez más, gracias por la valentía, por la generosidad y pese al coste que tiene la libertad y el liderazgo, vosotros habéis sufrido muchas penalidades por ser tan libres, por liderar tanto, y yo os querría preguntar: ¿lo volveríais hacer? ¿Vale la pena ser libre aunque lleve coste?


Mario Vargas Llosa

Sin ninguna duda.


Fernando Savater

Yo digo lo que quisiera es tener 20 años menos para poder hacerlo otra vez con el mismo ánimo que lo hice entonces.


Maite Pagaza

Yo creo que hemos tenido  un  momento de memoria, de recuerdo. Hemos recordado esos momentos difíciles en que dijimos ¡Basta ya! y hemos animado a los que vienen por detrás para que peleen ellos también, porque la pelea por la libertad, la pelea por el espacio de la democracia, por la pluralidad ideológica, sigue. Ha cambiado, ahora tenemos el mundo de las redes sociales, esas comunidades de odio ya no son la identidad y ahora es mucho más variada. Hay todo tipo de comunidades dogmáticas, además de todas las tradicionales nacionalistas. Hay mucho por lo que luchar y vamos a animar a los a los jóvenes a que tomen el testigo y sean libres y no esclavos. Muchas gracias a los dos. Por inspirarnos siempre. Muchas gracias de todo corazón.


Mario Vargas Llosa

Gracias a ti.


Fernando Savater

Gracias a ti. Gracias a ti, Mario. Como siempre, me emociona oírte. Un abrazo. Muchos besos, Maite.